Omar SANTIAGO RICÁRDEZ

El fin de semana se cumplieron 28 años del primer título profesional para el futbol oaxaqueño por conducto de los extintos Chaulineros de Oaxaca de la Segunda División, en aquella mítica temporada 1992-1993 en el también desaparecido Estadio “Benito Juárez” de Santa María Ixcotel, en Santa Lucía del Camino.

El equipo saltarín fue armado por Césareo Victorino Ramírez, quien logró conjuntar un grupo de oaxaqueños como Juan de Dios Uribe Ríos, Marcelino Albuerne Ronquillo, Eulogio Ibáñez y Carlos Ayala Trujillo, entre otros que reforzaron el equipo.

Los oaxaqueños dieron muestra de calidad en el empastado dentro de balompié de paga, luego de una larga temporada regular que los hizo soñar con el paso de las jornadas.

El plantel avanzó hasta a la final, que les daría el derecho de ascender a la antesala de la Primera División.

Lamentablemente Victorino Ramírez dejó el equipo y su lugar lo ocupó el entrenador oaxaqueño Roberto Castellanos Barranco; el domingo 18 de abril de 1993 el otrora “Coloso de Ixcotel” lució abarrotado y días previos a la final se hizo una intensa promoción de la final.

Más de 16 mil personas llenaron el estadio hoy desaparecido para presenciar el triunfo de Chapulineros sobre Tecomán por marcador de 3-2.

El festejo por la ciudad no se hizo esperar, Oaxaca tenía su primer título y el derecho de llegar a la naciente y también desaparecida Primera División “A”, lamentablemente no se contaron con los recursos económicos para lograrlo.

La franquicia de Segunda División se mantuvo en Oaxaca y pasó por diversas directivas y dueños, incluyendo la Universidad Regional del Sureste (Urse), que fue la época e la que desapareció el trofeo de los campeones.

Permaneció casi una década en el olvido y arrumbado debajo de las gradas del Estadio “Benito Juárez”, incluso, abollado, hasta que fue rescatado; hoy aún debe conservarse en la vitrina del Estadio del Instituto Tecnológico de Oaxaca.

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